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Número 012
9 de enero de 2017

OFRECE LIBRO ESTUDIO BÁSICO PARA LA INTERVENCIÓN

URBANÍSTICA DE CALIDAD

*Abordan investigadores una representación del mundo en mapas y planos

 

*Plantea imbricaciones entre la domesticación del territorio, la arquitectura y el ordenamiento


 

 

Una serie de ensayos acerca de la representación del mundo visible en mapas y planos ofrecen el doctor Luis Ignacio Sáinz Chávez y el maestro Jorge González Aragón Castellanos en el libro por el cual recibieron el Premio a la Investigación 2016. Vigésimo Quinto Concurso Anual, que otorga la Universidad Autónoma Metropolitana (UAM) en reconocimiento a la labor científica de sus profesores.

 

Cinco estudios desarrollados por Sáinz Chávez, miembro del Centro de Estudios Superiores Navales, conforman la primera parte de esta edición de la Casa abierta al tiempo que da cuenta de materiales elaborados desde la Antigüedad por diferentes culturas, mientras que González Aragón Castellanos, docente del Departamento de Teoría y Análisis de la Unidad Xochimilco, expone las imbricaciones históricas de “la domesticación” del territorio, la arquitectura y el ordenamiento urbanístico.

 

Entrevistado acerca del trabajo ganador en el área de Ciencias y Artes para el Diseño, el profesor de la UAM explicó que constituye un caleidoscopio en secuencia o a tropel a partir de una suma de ensayos que “estruja” mapas y planos cuyas imágenes son documentos “riquísimos” que testimonian épocas remotas o escenarios ya esfumados que conquistan vigencia y sentido en el acto heroico de su sobrevivencia.

 

En El territorio y sus representaciones. Lecturas filosóficas, geográficas y urbanísticas confluye el interés de cada autor por dar cuenta de imágenes cartográficas y escritos del Viejo Mundo –sin duda de una plasticidad inmensa– y de la Nueva España o Mesoamérica, precisó González Aragón Castellanos para quien la cartografía proporciona un cruce de caminos de las ciencias y las humanidades que aporta la versión del espacio y el tiempo, “colaborando con la exégesis de las culturas y las civilizaciones”.

 

El primer ensayo del investigador del Centro de Estudios Superiores Navales revela la interpretación del mundo en culturas diversas, sobre todo de Asia y Medio Oriente, convergiendo en el “catalizador llamado Europa”. El segundo refiere la vida y la obra de Alberto Durero, en la que destaca el Plano de Cortés que data de 1524, probablemente de manufactura propia, pues en esa época fungió como artista plástico, hombre de poder y pintor de la realeza por su relación con Maximiliano I de Habsburgo, primero, y con Carlos V, después, en las primeras décadas del siglo XVI.

 

Por ende, Durero fue un personaje muy cercano a las noticias de la Nueva España –en particular de Tenochtitlan– por medio de la Segunda Carta de Relación de Hernán Cortés. Aunado a esto se encuentra el origen natal del artista en Nüremberg, su destacada trayectoria en el grabado y el intenso vínculo que mantenía con el taller en el que se elaboró el grabado del Plano de Cortés, que retrata la localidad que denominó la Idealstadt.

 

Un texto referente a Campeche ofrece a la vez una idea de los orígenes de la cartografía en la Nueva España y de los primeros planos de esa ciudad tan importante. Un apartado más ahonda en “las californias”, un territorio considerado isla y, por tanto, quedaba fuera del citado virreinato, y presenta crónicas de los primeros relatores de aquella época, con base en una amplia documentación.

 

El último estudio de Sáinz Chávez, ex coordinador general de Difusión Cultural de la UAM, analiza la región y la condición marítima del país en términos contemporáneos, así como la relevancia de una mayor profundización en la investigación sobre los linderos y las estrategias de conservación y defensa de la superficie terrestre y los mares mexicanos.

 

González Aragón Castellanos aborda la ciudad y las casas aztecas mediante el análisis del plano en papel amate –denominado “plano en papel maguey”– que muestra el espacio doméstico de las viviendas de ese pueblo bajo el temprano dominio español plasmado en códices-planos custodiados por el Archivo General de la Nación.

 

Relevancia singular reviste el citado escrito porque provee una visión integral del área habitacional de la Gran Tenochtitlan recién conquistada, con las permanencias edilicias: espaciales, constructivas, de coexistencia y agrícolas imbricados de una metrópoli hidráulica por el entorno lacustre y sus soluciones artificiales, con el fin de hacer un lugar plenamente habitable y de belleza sublime con medidas antropométricas y proporcionales de factura indígena.

 

El núcleo urbano de Tlaxcala, de acuerdo con planos y rutas que condujeron a los indígenas a ocupar una diversidad de sitios, entre ellos montañas en “urbanizaciones espléndidas, defensivas” y, desde luego, de gran calidad es otro aspecto tratado por el docente.

 

Así también la urbanización de Puebla y Tlaxcala: la ciudad de Los Ángeles investigada en un plano de 1700 muy poco conocido que se encuentra en el Museo Naval de Madrid y que significa una representación “espléndida” del lugar y sus limitantes en términos comerciales y de defensa, que consistieron en el círculo de garitas diseñado en ese momento y que fue además un borde de la urbe durante 200 años y el cual tampoco había sido estudiado.

 

En otros dos ensayos –realizados en colaboración con los doctores Norma Elizabeth Rodríguez Cervantes y Carlos González Lobo– González Aragón Castellanos revisa las lecturas de habitabilidad, los significados y la cultura regional en la cartografía del territorio michoacano y del Castillo de San Juan de Ulúa, Veracruz. Los trabajos que comprende el libro son básicos para la intervención urbanística contemporánea de alta calidad con inteligencia e identidad.