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Número 002
1 de enero de 2019

LA VIOLENCIA NO SÓLO ES RESULTADO DE POBREZA O DESIGUALDAD

*El fenómeno está más relacionado a la desconfianza en el otro

 

La violencia es multifactorial y no debe verse sólo como consecuencia de la pobreza, la desigualdad o el narcotráfico, pues si bien son temas que pueden influir hay personas que viven en esas condiciones y se mantienen dentro de la legalidad, afirmó la doctora Natalia Galeano Gasca, en el aula magna de la Unidad Cuajimalpa de la Universidad Autónoma Metropolitana (UAM).

 

La profesora de la Universidad Manuela Beltrán de Colombia ejemplificó que en un mismo país con condiciones sociales similares y la misma forma de administración federal se pueden encontrar estadísticas dispares de violencia. “En México se pueden ver entidades como Tamaulipas, Guerrero o Michoacán cuyos índices son muy elevados, pero por otro lado está Yucatán, uno de los mejores lugares para vivir del mundo”.

 

Al dictar la conferencia Entre la violencia y el lazo social: la experiencia de los jóvenes en los grupos armados ilegales en Medellín explicó que ante la duda por conocer los factores que afectaban directamente a una comunidad para que ese fenómeno creciera comenzó a trabajar su tesis durante un periodo de violencia extrema en su país durante el auge del narcotraficante Pablo Escobar.

 

Desde entonces pudo observar que en ese escenario los principales afectados eran los jóvenes y en especial varones, quienes buscaban formar parte de los grupos criminales a sabiendas que terminarían muertos, encarcelados o desaparecidos.

 

La forma en que pudo encontrar una respuesta fue mediante la Teoría del Don de Marcel Mauss; encontró que los jóvenes buscaban la reciprocidad, la mayoría dar-recibir y devolver: si recibían violencia buscarían regresarla, lo que se volvió un ciclo que fue creciendo cada vez más.

 

La especialista en Teoría de género descubrió que por un lado el miedo se comienza a ver desde la otredad, se contempla al otro como un enemigo que se tiene que eliminar o controlar mediante el uso de la fuerza.

 

Por el otro lado, desde la perspectiva de la confianza los individuos creen que los otros actuarán en favor del bien común y existirá una empatía para buscar la transformación de estándares establecidos en pro de una mejor sociedad. Este grupo no teme del otro porque no lo ve como enemigo y pueden convivir sin buscar eliminar o controlar al otro y entonces puede estar en paz y sin violencia.

 

Ante estas dos perspectivas es que la antropóloga encontró la respuesta a por qué los jóvenes viviendo en el mismo contexto toman decisiones diferentes: unos a partir de la violencia y los otros de la tranquilidad, pues tienen una concepción opuesta de seguridad.

 

La doctora Galeano Gasca concluyó que sociedades que no buscan la violencia como método de solución son aquellas que tienen confianza en su vecino, tal como ocurre en algunas comunidades de Perú, Bolivia o incluso algunos lugares en México, donde desde lo indigenista defiende este lazo de comunidad dejando de lado a la otredad.

 

“Lo que hizo Colombia fue reforzar esa confianza y consiguió que el otro no se viera como enemigo; con ayuda de diversas organizaciones no gubernamentales reorganizó el tejido social mediante la estética y el arte, con lo que a las comunidades se les brindó una visión más artística de la realidad lo que propició una población más empática con el otro”.